Manual interactivo de las lesiones en el deporte

-168 Édgar Murillo Campos 1. Definir el problema y su condición con especialistas (quiropráctico, ortopedista o neurocirujano), para que de esta manera orienten los programas de recuperación. 2. Se debe prescribir un programa introductorio de ejercicio aeróbico (acondicionamiento físico general), con el objetivo de poner al paciente en una mejor condición física general, como base para continuar con los programas específicos. El programa se puede basar en un principio de treinta a cincuenta minutos (30-50 min) de caminata, bicicleta y/o ejercicios en agua (preferiblemente, si no se sabe nadar correctamente), siendo esta última actividad la más recomendada, al evitar el estrés de los microtraumatismos en las articulaciones y evitar la presión de la fuerza de gravedad sobre la cabeza, de manera continua hacia el centro de la Tierra. Esta disciplina permite colocar el cuerpo en una posición horizontal al ejecutarla. Además, si todo esto se combina con la terapia del agua llamada HYDROKINETICS SPINAL DECOMPRESSION THERAPY (HDT) del Dr. Perry, con la técnica horizontal o vertical, se logran resultados sorprendentes. Se recomienda una frecuencia de tres a cinco veces, del 50 al 70 % de la frecuencia cardiaca máxima (FCM). 3. Frecuencia cardiaca máxima teórica = 220 (hombre) o 226 (mujer). Sin embargo, actualmente, los programas aeróbicos se deben prescribir con la frecuencia cardiaca reserva (FC reserva). Este cálculo se obtiene de la ecuación: FCM - FC reposo. De esta forma, es posible calcular la frecuencia cardiaca de trabajo (FC trabajo), mediante la fórmula de Karvonen: (FC reserva x el % de la intensidad) + FC reposo. Todo esto dependerá del estado en que se encuentre el afectado. Finalmente, se diseña otro programa de ejercicio específico de flexión-extensión y tono muscular, dependiendo del problema que se sufra, para aumentar la flexibilidad y fuerza de los músculos y del tejido blando perivertebral. 4. La higiene de la columna es fundamental (biomecánica). Se debe educar al paciente con las posturas y los movimientos correctos en el uso diario de la espalda, cómo acostarse, sentarse, agacharse, levantarse, caminar, correr, protegerse, para quitar al máximo la presión de la parte lumbar. 5. Muchas veces, la fisioterapia es necesaria en los momentos de crisis. La manipulación y aplicación de modalidades de medicina del deporte ayudan en la recuperación rápida y efectiva de la mayoría de los casos. 6. Es necesaria la prescripción de algunos medicamentos antiinflamatorios no esteroides, cuando el dolor es fuerte. Se recomienda que su uso no sea por más de seis a doce semanas, por los efectos secundarios que se pueden ocasionar. Generalmente, en el 90 % de los casos el tratamiento es conservador, con el tiempo la extrusción se va deshidratando, se reduce el tamaño y deja de comprimir las estructuras vecinas 7. En caso de que todo el tratamiento conservador anterior no dé ningún resultado en un tiempo prudencial, entonces se piensa en la cirugía, que generalmente es una laminectomía. Esta consiste en mover el arco vertebral para poder llegar al cordón espinal y remover el tumor o la hernia que está produciendo el problema. Esta intervención quirúrgica, debido a lo complicado y peligroso de su procedimiento, se trata de evitar hasta donde sea posible. El procedimiento quirúrgico puede producir una fibrosis, con el tiempo, y esta situación puede desencadenar mayores problemas que los iniciales. Se recomienda que se haga solamente cuando todo lo anterior no dé ningún resultado positivo y la situación comience a afectar las facultades motoras básicas del usuario, por la atrofia muscular, el dolor constante, la parestesia del miembro, etc. 8. En casos de escoliosis congénitas con valores superiores a los 40º, se plantea la posibilidad de una intervención quirúrgica. AUTOEVALUACIÓN

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