Manual interactivo de las lesiones en el deporte
-134 Édgar Murillo Campos Examen físico 1. Una radiografía muestra el segmento óseo afectado. 2. WILSON’S TEST: Evalúa el cóndilo femoral medial o interno. Se sienta al paciente con la rodilla flexionada a 90º y, con una rotación interna de la tibia, el lesionado extiende la rodilla, y si a los 30º aproximadamente se presenta el dolor, la prueba es positiva. El diagnóstico se confirma si por el contrario en la rotación externa disminuye el dolor. 3. Aplicar los medios de diagnóstico más especializados, como la artroscopía o la tomografía axial computarizada (TAC); sin embargo, muchas veces no dan suficiente información; el bone scan indica pronósticos para la cirugía y la imagen de resonancia magnética es la más precisa, porque muestra la imagen de la superficie articular, la localización, los detalles sobre el tejido lesionado, y las patologías alrededor de la lesión; además el tamaño, la viabilidad y la estabilidad del frag- mento óseo. Tratamiento Dependerá del grado de la lesión, en la cual se toman en cuenta los siguientes factores: edad, loca- lización, gravedad, tamaño y estabilidad. a. Tratamiento conservador: Si la lesión es de primer o segundo grado se recomienda: 1. Reposo total de una a dos semanas. 2. En muchos casos, es necesaria la inmovilización sin apoyo. b. Cirugía: Si hay desprendimiento óseo y la sintomatología continúa por doce semanas, después del tratamiento conservador, la osteocondritis es de tercer grado, por lo que es necesaria una artroscopía para atornillar el fragmento suelto en su lugar o extraerlo después de curar la base y limar las asperezas (cuarto grado). Se recomienda que después de la cirugía no exista ningún apoyo de la pierna por al menos tres meses, y que la rehabilitación se dirija a la recuperación del cuádriceps atrofiado. Sin embargo, en muchos de los casos, el injerto no pega, por debilitarse con el tiempo. c. Regreso a la actividad física: Se deben tomar en cuenta las siguientes consideraciones: 1. Que no exista dolor. 2. Que el examen físico sea normal respecto a rangos de movimiento e inflamación interarti- cular, y que se esté libre de molestia cuando hay movimiento. 3. Que la radiografía evidencie cicatrización ósea.
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